Sistema de atención primaria: Mejorando la reacción de la comunidad, en desastres inesperados
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Traducido por Victor Hernan Rodriguez Botero.
Desde huracanes que aíslan segmentos de una población, hasta los ataques terroristas en París y San Bernardino, las amenazas a nuestra sociedad son complejas y a menudo sobrepasan los recursos locales. Debido a su éxito documentado, hay una confianza muy importante en la disponibilidad y el profesionalismo de nuestros servicios médicos de emergencia (SME). En consecuencia, la mayor parte de los recursos financieros; son dedicados a la preparación en desastres, y la lucha contra el terrorismo se enfoca principalmente en mejorar nuestra reacción unificada frente a un evento catastrófico.
Sin embargo, hay una debilidad que no se discute entre la comunidad SME: existe un exceso de confianza en el sistema de atención en emergencias, que hace que la comunidad se prepare para un desastre, basada en la suposición de que la atención médica será “fácilmente” disponible. Acontecimientos recientes, demuestran, que éste no es siempre el caso, sugiere que nuestros procedimientos pueden necesitar algunas mejoras. Ahora es el momento para educar y capacitar a la comunidad, para llenar los vacíos y proporcionar atención en emergencia. Quizá Amanda Ripley lo dice mejor en su libro “Lo impensable. Siempre, las personas dentro de una comunidad, se convierten en elementos claves, en una escena de desastre."
El trauma es la principal causa de muerte desde el nacimiento hasta casi los 50 años, y debemos concentrar esfuerzos para mejorar los resultados después de una lesión traumática, en nuestra población. En las mejores circunstancias, la respuesta médica llega a cualquier lugar de 7-11 minutos en promedio y los departamentos de todo el país saben e identifican su propia incapacidad para cumplir con los estándares de la norma NFPA 1710 sobre tiempos de respuesta en emergencia . Ante esta realidad, se han realizado esfuerzos sobresalientes que destacan la ciencia de la supervivencia civil, en particular de la hemorragia. El Comité de Cuidados de Emergencia en Ambientes de Alto Riesgo (“Tactical Emergency Casualty Care (C-TECC)” por sus siglas en inglés), ha dado grandes pasos en la sincronización de directrices para personal civil, basados en guías de proveedores médicos prehospitalarios en todo el mundo. Posteriormente, el Consenso de Hartford, tras la matanza de Sandy Hook, ha impulsado de manera efectiva la necesidad de mejorar el control de la hemorragia dentro de las comunidades civiles. Tras el éxito de estos grupos, el gobierno federal ha tratado de hacer recomendaciones para las acciones civiles cuando hay un francotirador, (Guía de Referencia Rápida para Eventos con francotirador del Departamento de Seguridad Nacional) y reclutar a la comunidad con el programa “Detenga el sangrado” (Stop the Bleed).
Si bien estos esfuerzos son muy importantes, lo que ha faltado hasta ahora es una solución unificada para cumplir con estos nuevos mandatos. Recientemente un documento publicado en un portal de atención en emergencias: firstcareprovider.org/#white-paper, ha proporcionado una base para este esfuerzo. La combinación de las directrices soportadas por el TECC para el manejo actual de pacientes con lesiones sistémicas, es un modelo para la educación pública, en este artículo compartimos una breve información sobre el éxito de un modelo reproducible para organizaciones con recursos limitados.
Conceptos en atención primaria
Organizaciones y agencias en todo el mundo ahora llevan a cabo simulacros en ataques con un francotirador “active-shooter”. Mientras que muchos de estos programas se enfocan en el sistema recomendado por el Departamento de Seguridad Nacional “Correr, Esconderse, Luchar”; otros, como el sistema de “Proveedor Primario”, se enfoca en abarcar todos los peligros presentes en una situación donde la vida puede estar en riesgo fatal y no existe asistencia médica inmediata. Este fue el siguiente paso crítico en la cadena de supervivencia de trauma, teniendo en cuenta que los programas de educación de trauma actuales, no están diseñados para la población civil. Además, la respuesta y la priorización de la atención, difiere radicalmente de los programas en emergencias médicas para la comunidad (primeros auxilios, RCP), pero se adhiere a las directrices recomendadas por C-TECC. Por último, la universalidad del modelo de Primeros Auxilios, hace que sea un tema apropiado para ser incluido como parte de los programas de seguridad y orientación a empleados nuevos o como un curso independiente.
Algunos de los resultados más impresionantes fueron alcanzados en Westminster, California, a través de un esfuerzo dirigido por la comunidad para mejorar la capacidad de acción y atención. Westminster, es una pequeña ciudad con 90.000 habitantes, con recursos limitados, el proyecto piloto de Westminster se puso en marcha a través de un esfuerzo público-privado para mejorar la preparación y atención para los desastres con múltiples víctimas, incluidos actos de terrorismo, violencia y desastres naturales. En asociación con firstprovider.org, la comunidad trató de llegar a las zonas frecuentadas por el público o tienen el riesgo de lesión traumática, y que a menudo son completamente dependientes del sistema 9-1-1; como escuelas, ayuntamiento, edificios de mantenimiento, personal de vigilancia y empresas locales. Siguiendo el currículum para francotirador, administrado por el Departamento de Policía de Westminster, el modelo de atención primaria fue introducido para crear una amplia red comunitaria de personas entrenadas en primeros auxilios, capaces de proporcionar atención primaria para salvar vidas en casos de trauma y aumentar las capacidades de los paramédicos.
Este modelo resultó ser la clave del éxito. El jefe de policía Daniel Schoonmaker resume el programa diciendo: "Algunos tratamientos están cubiertos en otros cursos que se ofrecen actualmente al público, pero no existe un sistema de atención en trauma que combine la acción y el tratamiento, particularmente desde el momento en que ocurre el evento hasta la respuesta de atención". Por lo tanto, la bibliografía de apoyo, la priorización de la atención y los matices de la educación pública que conforman este sistema, lo hace diferente a otros programas. Mientras el programa "Pare el Sangrado" (Stop the Bleed), apoya uno de los principios más importantes de las directrices de TECC para civiles y el Consenso de Hartford, provee el acceso del público a los dispositivos hemostáticos, sin el entrenamiento adecuado, no pueden abordar todas las necesidades de la comunidad.
Resultados en atención primaria
Esta preocupación fue evidente durante el ejercicio de Westminster. "Sentí pánico", dice Patricia Singer, uno de los voluntarios que participó valientemente en el estudio, sin entrenamiento previo. Esta indecisión fue una de las principales barreras que el modelo de atención primaria buscó resolver. Su evolución en los últimos años y el contacto permanente con nuestras comunidades, ha proporcionado varias lecciones, particularmente en educación del trauma al personal civil.
Uno de ellos, es que se puede superar la renuencia a actuar, una vez que se identifica la causa de esta resistencia y se proporciona un modelo fácil que se integre con los procedimientos existentes de atención en emergencia. El éxito de este enfoque se hace evidente por Berri Williams, un profesor que completó la formación como Proveedor en atención primaria, casi dos meses antes del ejercicio. "Nos enseñaron exactamente lo que importa en primer lugar," dice Williams, "así que sabíamos exactamente lo que se debe buscar." Esta familiarización y reconocimiento de las causas preventivas pueden ser impartidas en la comunidad y deben ser incluidas en todos los cursos.
En segundo lugar, en la población no entrenada, hay una tendencia a congregarse en momentos de emergencia, y una indecisión para tomar acción individual. Con una breve familiarización, los miembros entrenados en Atención Primaria de la comunidad demuestran una disposición notable a funcionar de manera independiente, reconocer lesiones graves y asignar adecuadamente recursos para un máximo beneficio. Este tipo de alcance, puede estimular el pensamiento independiente en tiempos de desastre. Esto llega a ser crítico dado que los acontecimientos recientes, por ejemplo, Tucson, Aurora, Boston, han demostrado que la rápida evacuación a la atención médica puede ser tan importante como el control de la hemorragia. Por lo tanto, el entrenamiento de la población civil, el reconocimiento de la lesión crítica y rápida evacuación deberían ser los objetivos claves en la formación, y las acciones preventivas de muerte, un objetivo secundario.
Por último, una de las observaciones más notables fue irónicamente capturada por uno de los participantes que tenía más entrenamiento médico. "Estamos tan acostumbrados a tener que confiar en el equipo de rescate, que no se sabe qué hacer en una situación así", dice Hiram Díaz, una enfermera profesional. La realidad es que debe haber un mandato dentro de nuestro sistema de educación médica para resaltar este conjunto de habilidades y el desarrollo de programas para preparar a los proveedores para hacer frente a las amenazas del terrorismo, incidentes de violencia y desastres. Existe un apoyo espectacular en la preparación de los paramédicos, pero no un esfuerzo paralelo para educar a "primeros receptores."
Recomendaciones y futura dirección:
La renuencia al cambio es tal vez la barrera más importante que se debe superar, para obtener éxito en un programa de respuesta de la comunidad frente a desastres. Esto requerirá liderazgo para ir más allá de una dependencia absoluta de los organismos de socorro y atención como el 9-1-1 y prudencia para introducir políticas médicas a la población en general. Sin embargo, las constantes amenazas a nuestra sociedad, hacen necesario que se reconozcan los vacíos en nuestros planes de atención en desastres y estudios médicos existentes. Actualmente no hay protocolos comunes para los servicios de SME o aplicación de la ley para proporcionar atención médica en lo que se conoce como la "zona caliente".
La identificación de los vacíos es crucial para los afectados por un desastre, para los cuales ya se ha tomado la decisión de "cómo responder". Las víctimas de traumatismos no pueden esperar ayuda ni consultar a expertos lejos del incidente. Por lo tanto, la única atención proporcionada a las víctimas, será auto-ayuda y por el espectador ileso. El concepto de atención primaria fue creado específicamente para el personal civil, que se necesita para atender a los heridos en el trauma. Esto se suma a las últimas directrices médicas y recomendaciones tanto de Hartford como de el programa "Detenga el Sangrado." El modelo de Atención Primaria, da prioridad a las decisiones basadas en los recursos previstos a disposición de la población civil no uniformada y disipa el temor común de cómo reconocer y tratar apropiadamente víctimas heridas críticamente.
En un momento en que los presupuestos son limitados y el personal reducido, hacen que los sistemas de respuesta en emergencia operen con dificultad, las agencias deben considerar de manera realista, el retorno de su inversión cuando se trata de la seguridad pública. Una estrategia sincronizada para mejorar la respuesta y atención comunitaria incluirá la prevención de incendios, paro cardíaco y lesión traumática. Mientras que algunos departamentos siguen haciendo frente al cumplimiento de las expectativas en el servicio, así como a los mandatos de múltiples organizaciones, la creación de una red de proveedores de primera respuesta se vuelve un objetivo realista y alcanzable con una inversión de tiempo limitado.
Nota: Este artículo apareció originalmente en la edición en inglés de la Revista EMS World y fue traducido por un voluntario. Si usted observa algún error o quiere sugerir un cambio, por favor envíenos un correo a editor@emsworld.com.
Victor Hernan Rodriguez Botero es Paramédico Avanzado con 8 años de experiencia y Air-Medical and Critical Care Transport (Orlando Medical Institute OMI) Estudia la Licenciatura en Atención Prehospitalaria y es Instructor Internacional BLS y ACLS (AHA) - PHTLS (NAEMT) Coordina programas PEPP (American Academy of Pediatrics AAP) - EMPACT (CMEDDS) - Emergency Care and Safety Institute ECSI. Ha participado como ponente en cursos y congresos nacionales e internacionales de emergencias en Argentina, Bolivia, Chile, Perú, México, Venezuela y Ávila-España.
Actualmente es Director Académico del Centro Internacional de Entrenamiento en Urgencias y Emergencias Médicas, CIE DIANCECHT. Paramédico de Vuelo en Ambulancias Aéreas SOLAIR. Expresidente de la Asociación Colombiana de Profesionales en APH, ACOTAPH y Coordinador del Centro de Entrenamiento CICAT Salud en LIMA, PERÚ.