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Original Contribution

Los Beneficios de ATX

Jon E. Thomas, BS, ATP, NREMT-P

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En Estados Unidos, el trauma es la causa principal de muerte en los pacientes menores de 45 años y la cuarta en las demás edades. El CDC ha informado que más de 140.000 pacientes mueren cada año por lesiones traumáticas y 80.000 quedan con incapacidad permanente 1, 2, 12. Se estima que el número anual de muertes intrahospitalarias debido a hemorragias es de 12.489 en Estados Unidos 1, 2. La valoración rápida y el tratamiento adecuado de los pacientes con trauma comienzan en el entorno prehospitalario con la llegada del personal médico entrenado en emergencias, el cual es esencial en casos de lesiones potencialmente mortales 8.

El ácido tranexámico (ATX) fue desarrollado originalmente para el tratamiento de la hemofilia y para disminuir el sangrado en pacientes sometidos a cirugías orales. Se ha demostrado su eficacia como un medicamento preoperatorio que reduce la necesidad de usar grandes cantidades de sangre en los procedimientos de cirugía general 4–6. El ATX ahora se usa para tratar a los pacientes traumatizados con lesiones graves que tienen o están en riesgo de padecer hemorragia severa 1–4, 6, 7, 10,11.

El ácido tranexámico es producido por Pfizer Injectables y distribuido por la Pharmacia & Upjohn Company como Cyklokapron. El ATX es un aminoácido sintético (lisina) que impide que el plasminógeno se convierta en la enzima plasmina. La plasmina trabaja para romper los coágulos de sangre ya formados en el cuerpo humano atacando y rompiendo la fibrina, y destruyendo así los coágulos en un proceso conocido como fibrinólisis 1. El ATX es ampliamente usado por los hospitales de Europa y otros países para tratar pacientes traumatizados por lesiones graves1–4, 6, 7, 10, 11. Recientemente se incluyó el ATX en los protocolos de reanimación de trauma de los médicos de Operaciones Especiales de Estados Unidos, de hospitales quirúrgicos de nivel 3 que están fuera de EE.UU., y del Centro Médico Militar Womack en Ft. Bragg, Carolina del Norte, para los soldados estadounidenses heridos en Afganistán y en otros escenarios de combate en todo el mundo 12, 15, 19, 23.

El estudio sobre la Aleatorización Clínica de un Antifibrinolítico en la Hemorragia Significativa (CRASH-2), realizado por investigadores del London School of Medicine, y el de la Aplicación Militar del Ácido Tranexámico en Emergencias de Reanimación por Trauma (MATTERs) mostraron que cuando el ATX puede administrarse dentro de las tres horas posteriores a la lesión, la mortalidad de los pacientes con lesiones graves se reduce hasta en un 30% 1–3,6–8, 11,13–18,2 0. Al incluir el ATX en los protocolos estándares de atención y reanimación por trauma de los proveedores en el entorno prehospitalario (para pacientes que han sufrido una hemorragia significativa), las tasas de supervivencia deben aumentar aún más, extrapolando los resultados obtenidos tanto en el CRASH-2 como en el MATTERs. Es de esperar que por lo menos un mayor número de pacientes reciba el tratamiento dentro de las tres horas requeridas. El uso del ATX tanto en los estudios CRASH-2 como en los  MATTERs mostró la mayor reducción de mortalidad cuando se administró una hora después de la lesión 1–3, 6, 18.

Indicaciones para la Administración Prehospitalaria

A diferencia de los apósitos a base de quitosano HemCon (véase elrecuadro), la Gasa QuikClot Combat, la Esponja QuikClot y el torniquete CAT que hacen parte de la medicina prehospitalaria civil, el ácido tranexámico no es un medicamento hemostático o un torniquete 13. El ATX es un agente antifibrinolítico que impide que los activadores del plasminógeno se adhieran al sitio de unión de la lisina en el coágulo1, 2, 9, 4.

Durante la fibrinólisis, el proceso de disolución del coágulo de sangre comienza cuando el plasminógeno se convierte en plasmina, y esta luego inicia el rompimiento de los coágulos de sangre ya formados 1–3, 6, 9, 14, 15. Este rompimiento conduce a un aumento de la hemorragia y a la posible muerte del paciente (al menos de los traumatizados graves que requieren intervención quirúrgica) 1–3, 6, 9,14–16. La administración del ATX evita que esta degradación en cascada de coágulos se desarrolle. Varios estudios prospectivos, aleatorizados y controlados han demostrado que la mortalidad de los pacientes disminuye cuando se administra el ATX dentro de las tres horas posteriores a la lesión 1,2,6,11,13,14. También se demostró que la mortalidad disminuye aún más cuando se administra después de una hora 1, 2, 6, 11, 13, 14. Con el éxito del ATX en los ensayos clínicos, su bajo costo y su perfil de seguridad y de efectos secundarios, es razonable incluir el ATX como una norma de atención en los servicios médicos de emergencia prehospitalaria ALS en Estados Unidos.

Cualquier paciente que ha sufrido un trauma y está en riesgo de contraer o ya contrajo hemorragia significativa puede beneficiarse del ATX. Aunque su transporte en la ciudad puede ser rápido, el ATX puede no ser beneficioso si se gasta mucho tiempo para preparar e iniciar la dosis inicial de 1 gramo y establecer una vía intravenosa. Sin embargo, el ATX sería ideal en situaciones que involucran extricación prolongada, demoras en el transporte debido al tráfico pesado u otras condiciones, e incidentes con múltiples víctimas. El ATX debe administrarse en el lugar del incidente o tan pronto se haya establecido una vía intravenosa, y no hasta que la unidad llegue hasta el centro de trauma, para cumplir con el objetivo de dar la primera dosis dentro de la primera hora después de la lesión. Si el ATX se administra después de tres horas, está demostrado que las tasas de mortalidad aumentan 1–4, 15,17. Los pacientes que recibieron el ATX deben llevarse solamente a centros de trauma que están equipados para atender a aquellos que tienen lesiones graves y a centros que pueden controlar o hacer seguimiento a los que ya han recibido el ATX.

El Dr. Carl Bergren, un cirujano de trauma del St. Francis Instituto de Trauma de Tulsa, Oklahoma, le dijo al Tulsa World que el ATX se ha utilizado en el campo de batalla así como en la población civil, y que usarlo en pacientes antes de que lleguen al hospital es una buena medida. "Para aquellos que cumplen con los criterios, puede mostrar un claro beneficio", indicó 25.

El costo del ácido tranexámico es insignificante comparado con sus favorables efectos frente a la mortalidad de los pacientes. El costo actual del ATX en el British National Formulary, convertido en dólares internacionales, es de $5.70 por gramo; en Estados Unidos es de aproximadamente $10 por gramo 4,19. Además, para los paramédicos es muy fácil administrar el ATX, ya que ya tienen entrenamiento en su campo de acción sobre administración de medicamentos por vía intravenosa. El procedimiento que se recomienda al administrar el ATX es de 1 gramo en 100 ml de 0,9% de solución salina normal (NS) o de lactato de Ringer (LR) que se suministra por vía intravenosa durante 10 minutos, seguido de 1 gramo en 500 ml de 0,9% de NS o LR disuelto por más de ocho horas 3, 4,7–12, 14,17. Se recomienda no mezclar el ATX con un líquido coloidal (por ejemplo, Hextend o Hespan, plasma o cualquier otro componente de la sangre), ni con soluciones que contengan penicilina y/o se basan en cualquier línea intravenosa que transporta sangre.

El apósito HemCom

El apósito HemCon está hecho de quitosano, un carbohidrato complejo no tóxico que se deriva de la quitina. Se ha utilizado en el ejército durante varios años. Cuando se aplica directamente en el sitio de la hemorragia arterial y se ejerce presión directa, puede detener rápidamente la hemorragia arterial y venosa 13.

Resumen de la literatura actual

El estudio CRASH-2, que se llevó a cabo en 274 hospitales en 40 países y se publicó en 2010, mostró que el ATX, cuando se administra después de una hora de haber sufrido un trauma grave, reducía significativamente la mortalidad de los pacientes (más del 30%) cuando se aplica junto con transfusiones de sangre 2,19–21. Cuando se utilizaba el ATX por separado, la mortalidad del paciente se reducía en más del 20% 1, 2, 11,19–21.

El MATTERs fue un estudio observacional retrospectivo de 893 ingresos consecutivos a un hospital quirúrgico nivel 3(el equivalente a un centro de trauma de EE.UU de nivel 2) de personas heridas en combate en el sur de Afganistán. En el MATTERs, 293 pacientes recibieron el ATX, mientras que 603 no. Los autores midieron la mortalidad de los pacientes a las 24 horas, 48 horas y 30 días, así como la influencia del ATX en coagulopatía postoperatoria y la tasa de complicaciones tromboembólicas .6, 7, 11,20. Los resultados tanto del CRASH-2 como del MATTERs mostraron una disminución en la mortalidad no ajustada de los pacientes que recibieron el ATX (en comparación con el placebo) dentro de las tres primeras horas posteriores a la lesión (17,4% frente al 23,9%) 1,5–7, 9, 15, 20,21. Los pacientes que recibieron el ATX (en comparación con el placebo) con una transfusión asociada de sangre después de una hora de la lesión mostraron una mayor disminución de la mortalidad (14,4% frente al 28,1%) 1,5–7, 9, 15,20–22. Tanto el CRASH-2 como el MATTERs mostraron que cuando se utilizaba el ATX junto con transfusiones de sangre, la mortalidad se reducía aún más  1–3, 6,18. En general, los hallazgos del MATTERs sugieren que el ATX es más beneficioso en lesiones traumáticas de mayor gravedad y es más efectivo cuando se utiliza con varios protocolos de transfusión que cubren, por ejemplo, transfusiones de sangre, plasma congelado fresco (FFP), plaquetas y crioprecipitados.

Mediante el desarrollo de protocolos locales y la inclusión del ATX en el formulario paramédico, el sistema nacional de traumas en conjunto podría disminuir el retraso en la administración del ATX, lo que lograría que más pacientes de trauma puedan recibirlo en el lapso de tres horas, pero preferiblemente en el lapso de una hora después del trauma inicial. Sin embargo, el ATX que se administra después de más de tres horas de la lesión, parece que aumenta el riesgo de muerte por sangrado, hasta el 4,4% frente al 3,1% del grupo placebo. Los investigadores no encontraron evidencias de que el efecto del ATX en la muerte por sangrado variara con base en la presión sistólica, la escala de coma de Glasgow o el tipo de lesión.

El riesgo de muerte en el primer año después del trauma en el grupo de intervención se calculó multiplicando la línea de base de riesgo del grupo placebo por la reducción relativa de riesgo de mortalidad por cualquier causa, según lo que se estima en el estudio CRASH-2 12. Luego de más de 12 meses, se asumió que el riesgo de muerte en el grupo de intervención sería igual al que se calculó en el grupo placebo 12. Dado que el estudio CRASH-2 sólo registró los datos de hasta 28 días o la muerte, se ajustó una función de supervivencia paramétrica con el fin de extrapolar la experiencia de mortalidad durante los 12 meses después de la lesión 12. Usando este modelo, se necesita investigar más en Estados Unidos con el fin de validar el uso del ATX aumentado (y estándar) en pacientes con o en riesgo de contraer hemorragia significativa por trauma 12.

Entre otros efectos secundarios que se registraron por la administración del ATX están el vértigo, dermatitis alérgica y trastornos gastrointestinales (náuseas, vómitos, diarrea). La reacción adversa más significativa que se observó en el transcurso del CRASH-2 fue la hipotensión, la cual ocurría sólo cuando la inyección intravenosa era demasiado rápida y se administraba en menos de los 10 minutos recomendados 2, 5, 7, 9, 14, 15. Los datos anteriores (junto con la única contraindicación de que haya sospechas de hemorragia subaracnoidea) sugieren que no sólo es más económico usar el ATX, sino también más ético en comparación con no usarlo en los pacientes apropiados 1–4, 6, 8, 12.

Conclusión

El ATX, como una norma de atención, no debería ser una carga económica. La investigación ha demostrado que cuando se usó en Tanzania, India y el Reino Unido, el ATX fue económico al reducir el riesgo de muerte en pacientes traumatizados con hemorragia 6,19. Cuando se utilizó (comparado con cuando no se utilizó), el costo por año de vida que se recuperó en estos países fue de $48, $66 y $64, respectivamente. Los años de vida ahorrados se calcularon a partir de un sencillo modelo de Markov (es decir, los pacientes estaban vivos o muertos) mediante la comparación de los años de vida en una cohorte a la que se le dio el ATX con la cohorte que no lo recibió 6,19. El riesgo acumulado de muerte durante el primer año en el grupo placebo se calculó utilizando los datos del estudio CRASH-2. Después del primer año, se supuso que los pacientes tendrían la misma probabilidad de muerte que la población general de la misma edad, de acuerdo con las tablas de mortalidad específicas de cada país de la OMS 2, 6, 19.

El ATX es barato, tiene efectos secundarios mínimos y una larga vida útil, y se administra fácilmente a través de infusión intravenosa. Su eficacia, costo, facilidad de almacenamiento y funcionalidad lo convierten en un candidato obvio por incluir en el formulario paramédico como una norma de atención para los pacientes con trauma que tienen o están en riesgo de contraer hemorragia significativa 1–3, 6, 13,16,18,20.

En la actualidad el ATX no se utiliza mucho en las instalaciones civiles o servicios de Estados Unidos al reanimar y tratar pacientes que sufren una hemorragia traumática 24. Tal vez el uso del ATX en el ámbito prehospitalario también podría mejorar estas cifras.

Referencias

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8. Roberts I, Shakur H, Afolabi A, et al. The importance of early treatment with tranexamic acid in bleeding trauma patients: An exploratory analysis of the CRASH-2 randomised controlled trial. Lancet, 2011; 377(9,771): 1,096–1,101.

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¡Gracias a William J. Gephart, PA, RN, CEN, NRP, por su ayuda en la edición.

Jon E. Thomas, BS, ATP, NREMT-P, ha estado en el SME desde su honorable retiro del Ejército de Estados Unidos en 1991. Ha sido un instructor civil del Curso en Combate de Operaciones Especiales Médicas en el Centro de Entrenamiento Conjunto de Operaciones Especiales en Fort Bragg, Carolina del Norte, desde agosto de 2004.  

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