Alerta de Ciencia: Muerte por suicidio
Autores: Vigil NH, Grant AR, Pérez O, et al.
Publicado en: Prehosp Emerg Care, Sep. 2018; 14: 1–6.
Cuando proveemos cuidados prehospitalarios, siempre damos lo mejor de nosotros para mantener a nuestros pacientes vivos y asegurar que la emergencia no derive en una morbilidad de largo término. Y seguido no pensamos en el impacto que nuestro trabajo tiene en nosotros mismos.
Sabemos desde nuestra experiencia e investigaciones que el SEM es inherentemente una profesión peligrosa. Investigaciones publicadas también evaluaron el estrés laboral relacionado con el SEM y hemos estado poniendo más atención al riesgo de suicidio entre los profesionales del SEM.
De acuerdo al Centers for Disease Control and Prevention (Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, CDC por sus siglas en inglés), suicidio es la décima causa de muerte entre el personal del SEM en los Estados Unidos. Esto ha llevado al Instituto Nacional de Salud a aumentar el financiamiento para la investigación sobre suicidios y su prevención a $46 millones de dólares aproximadamente del año 2008 a 2016. Sin embargo, los suicidios han ido en aumento. En el 2016 la NAEMT publicó los resultados de una encuesta en la que, comparado al público general, los profesionales del SEM tienen 10 veces más intentos y pensamientos suicidas.
Mientras los estudios han investigados los intentos y pensamientos suicidas entre los profesionales del SEM, algunos pocos han examinado completamente los suicidios. En la universidad de Arizona, el estudiante de medicina Neil Vigil, y algunos de sus colegas, recientemente publicaron un estudio utilizando datos del Registro Electrónico de Fallecimientos del Estado de Arizona, AZ-EDR por sus siglas en inglés). Su objetivo fue evaluar la proporción de muertes atribuídas en el personal del SEM y compararla con quienes no son profesionales del mismo.
Tabulación de la información
Este fue un estudio retrospectivo de casos de control. El periodo del estudio fue de enero 1 de 2009 a diciembre 31 de 2015. El AZ-EDR obtuvo información de todas las muertes ocurridas en Arizona, tanto como la de sus residentes que ocurrieron fuera del estado.
Los datos del AZ-EDR fueron proporcionados por directores de casas funerarias, médicos forenses e instituciones médicas. Esto incluye datos demográficos (edad, género, raza y etnicidad) así mismo la ocupación de los individuos y su causa específica de muerte.
Los autores categorizaron la ocupación como profesionales del SEM o no profesionales del SEM. La lista de profesionales del SEM incluía bomberos, técnicos en emergencias médicas y paramédicos.
La pregunta sobre su ocupación tuvo un campo de texto libre. Si en este campo fue dejado un espacio en blanco o si los autores no estaban seguros (luego de investigación) acerca de si la ocupación requirió una certificación como profesional del SEM, el individuo fue categorizado como un no profesional del SEM. Ellos categorizaron la causa de muerte suicidio o las otras causas.
Vigil y sus co-autores compararon los datos demográficos y los métodos de suicidio entre el personal del SEM y los no profesionales del mismo, usando el estudio chi-cuadrado (prueba estadística para proporciones). Ellos también hicieron una regresión logística para determinar si las probabilidades de suicidio eran diferentes entre el personal del SEM y los que no lo eran. Ellos lo llamaron “cociente de probabilidad de mortalidad”.
Resultados
Durante el periodo de estudio hubo un total de 350,998 muertes, de esas 1,205 fueron categorizadas como personal del SEM y 349,793 fueron para personal ajeno al SEM. En profesionales del SEM el suicidio representó el 5.2% (63). En no personal del SEM 2.2% (7,775) fueron suicidio.
Después de ajustar por género, edad, raza y etnicidad, los profesionales del SEM tuvieron un incremento en las posibilidades de suicidio comparada con los no profesionales (cociente de probabilidad de mortalidad de 1.39; 95% de intervalo de confianza, 1.06-1.82) Además, los profesionales del SEM eran más jóvenes (menores de 55 años de edad, 24%; No profesionales del SEM menores de 55 años, 14%) y tuvieron un porcentaje más alto de varones (94% vs. 53%, p<0.001).
Cuando evaluaron la raza y etnicidad, reportaron que las proporciones eran similares, con los profesionales del SEM teniendo una ligera proporción más alta los blancos no hispanos (81% vs 80%). Los profesionales del SEM también tuvieron una alta proporción de suicidios en un grupo de 35 a 54 años (16% vs 10%, p<0.001) también en el grupo de 18 a 34 años de edad (24% vs 16%, porcentaje no reportado).
Finalmente los autores investigaron los métodos de suicidio. Las tres causas más comunes de suicidio fueron disparos de arma de fuego, asfixia y envenenamiento. Un porcentaje alto de profesionales del SEM tuvo un mecanismo listado en armas de fuego (67% vs 57%), Asfixia (24% vs 21%). Los no profesionales del SEM tuvieron como causa más común el envenenamiento (10% vs 17%); como sea, los mecanismos no fueron estadísticamente significativos.
Contexto
Los autores hicieron un gran trabajo poniendo sus resultados en contexto. Investigaciones previas demostraron la exposición al suicidio se ha incrementado independientemente al riesgo de pensamientos suicidas. Los autores notaron que el personal del SEM está expuesto a atentar contra su vida y completar el suicidio en una tasa más alta que quienes no son personal del SEM. Ellos también hicieron notar que el riesgo que está basado en la exposición es acumulativo, citando un estudio de bomberos que estuvieron más expuestos a la tendencia al suicidio en aproximadamente un 30%.
Los autores también dieron la razón en los impactos del estrés y su relación con los suicidios. Reconocen que la exposición recurrente al estrés en el trabajo y los eventos traumáticos en el ambiente del SEM pueden contribuir a sus hallazgos. Ellos resaltaron otros estudios indicando que el estrés postraumático y el uso del alcohol son elevados en el personal del SEM, y eso contribuye como factores de riesgo para el suicidio.
Los autores enumeraron su limitación más desafiante como la confianza en un campo libre para identificar ocupaciones. Además, no tenían forma de identificar quienes fueron voluntarios, quienes trabajaron de forma parcial como personal del SEM, o aquellos que tenían alguna certificación como profesional del SEM aunque no la ejercían la misma en el momento de su muerte. Además, cerca del 2% de los registros no tenían nada en su campo ocupacional. Vigil y compañía, tampoco fueron capaces de contar otros factores de riesgo como intentos anteriores, abuso de sustancias o enfermedades mentales.
Este es un estudio importante que analiza un tema del que no se habla mucho en nuestro campo, Muchos de nosotros tenemos a algún colega que ha intentado suicidarse o que lo ha hecho. Trabajar en el SEM es estresante, debemos centrarnos en cuidarnos a nosotros mismos mientras cuidamos a nuestros pacientes.
Nota del autor: Hay muchos recursos disponibles en los Estados Unidos para aquellos que luchan contra pensamientos suicidas, desde la National Suicide Prevention Hotline (+1-800-273-8255) a las líneas dedicadas de ayuda de primera respuesta, tales como Safe Call Now (+1-877-230-6060) y el National Volunteer Fire Council’s Share the Load (+1-888-731-3473).
Antonio R. Fernández, PhD, NRP, FAHA, es director de investigación en el EMS Performance Improvement Center y profesor asistente en el Departamento de Medicina de Emergencia en la University of North Carolina–Chapel Hill. Está en la junta de asesores del Foro de Investigación de Atención Prehospitalaria en UCLA.
Traductor
Zaid Hage Ochoa
T.S.U. en Paramédico, TUM-A y especialista en transporte de cuidados críticos. Egresó de la UT Hermosillo y actualmente funge como coordinador académico del centro de entrenamiento CAREMD en la ciudad de Mexicali Baja California. Facultado para los programas ACLS, BLS y PALS e instructor de PHTLS, GEMS, AMLS, WAFA y PEPP.
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